Wow!! Para aquellos que somos apasionados por los vehículos y a quienes nos gustan las películas de efectos especiales, tecnológicos y de fantasía...
El anterior video me motivó a dar a conocer una
experiencia de vida interesante, luego de una propuesta hecha por mi profe
Wilson Gómez para crear una crónica que llamara la atención en cuanto a algún
empleo inusual; pensaba y pesaba qué sería bueno tratar, algo poco común
y que despertara mi interés, hasta que por fin, haciendo zaping, vi un canal
informativo bogotano donde me tope con la historia que cuenta una original
y difícil forma de conseguir unos pesos de más, sin duda despertó mi
curiosidad.
Se trata de Luis René Cruz, un mesero colombiano de
treinta y cinco años, quien reside en Bogotá y tiene una familia que lo motiva
todos los días a realizar sus ideas en pro del bienestar de todos. Empieza el
reportaje diciendo aquel hombre: "Nadie me podía entender, pasó
mes y medio y mi esposa ya le empezó a ver forma al proyecto, yo lo llamaba
Proyecto Transformers"... sí, en honor a la película dirigida por Michael Bay y producida por Steven Spielberg basada en una marca de juguetes de Hasbro y en un conjunto de series de
animación japonesas del mismo nombre, film que estuvo nominado
a tres premios Óscar: mejores
efectos especiales, efectos de sonido y sonido; la cual fue estrenada en Estados
Unidos el 4 de julio de 2007 y tuvo su continuidad
con Transformers: la venganza de los
caídos, película de 2009 y una
tercera estrenada en 2011 con título Transformers: El lado oscuro
de la luna, de los mismos creadores, trío de
obras cinematográficas exitosamente recibidas a nivel mundial.
Don Luis continúo: "No, yo quería algo distinto,
algo que.. que se quedara en la mente de la gente, que se quedara pensando
-oiga qué cosa tan buena, y que le comente a los demás" y vaya que lo consiguió, a tal
punto de recibir buenas críticas que, en parte, han sido la gratificación a
tanto esfuerzo en el desempeño de tal actividad, porque digo ¡Hace falta tener
un excelente físico para cargar todo ese equipo encima, con el fin de que su
labor sea reconocida! Yo le llamo a eso tener pasión por lo propuesto,
berraquera como decimos aquí en Santander, y este señor lo demuestra a tal
punto que dice: "Soy mitad hombre, mitad robot", reiterando "Yo soy
Fénix, porque el robot se llama Fénix"; definitivamente la entrega a
su trabajo es innegable, además debe reconocerse que pararse en un semáforo a
esperar que su remuneración sea proporcional a su ingenio significa tener una
seguridad absoluta desde el punto de vista de saber que lo que él hace no lo
hace cualquiera y que, como según se dice en la noticia, gana más que en su
otro trabajo.
Definitivamente para mí es un hombre
ingenioso, teniendo en cuenta la situación actual del país, donde las
oportunidades son escasas. Creo que no soy la única que piensa así, dicho por
sus propias palabras: "De cien personas que me ven, noventa y
nueve me aplauden, noventa y nueve felicitan, noventa y nueve dicen que por eso
es que Colombia es un país que sale adelante" ... Claro porque a
pesar de tanta corrupción, robos y fraudes bajo el control de unos cuantos que
tienen el poder, le tocó así, ajustarse a la situación de subsistir y no de
vivir disfrutando de un hermoso país y de las ventajas que le produciría su
inteligencia si sus circunstancias fueran otras.
En fin, Don Luis habla con tanto amor
de su labor, que logra que me interese por lo que hace, él continúa: "Mi
Transformer básicamente está hecho de cartón, pero por dentro tiene que tener
una estructura especial, tiene que ser reforzado, con material... materiales
que sean ligeros, que no vayan a causarme daño, ¿cierto?, la pintura tiene que
ser especial también", así,
con orgullo, habla de su trabajo, de lo que se dedica para tratar de mejorar
las cosas; pero eso sí, los materiales, la hechura de sus Autobots, el sonido,
sus efectos ¡son realmente parecidos a los de la ficción! y es que eso
tiene su ciencia, porque la característica principal de ésta línea es que las
piezas del juguete pueden cambiar de posición al punto que pasa de ser
vehículo, un dispositivo o un animal a un robot y viceversa.
Para adicionarle encanto al asunto
dice el señor Transformer Fénix: "Mi
auto no trabaja ni con corriente, menos con premium, ACPM ni gasolina;
solamente con jugo de lulu, jugo de piña y jugo de mora hecho por mi esposa en
la casa", un combustible económico que le da la energía suficiente
para terminar su día de transformaciones y continuar su noche de atención al
cliente como mesero; comentario que me lleva a cuestionarme ¿y si los
automóviles en realidad funcionaran con jugo de fruta natural? jummmm desde
luego ya no habrían árboles frutales o quedarían unos cuantos en reserva y me
imagino el costo altísimo de sus frutos... en fin.
Casi terminándose aquel reportaje
dice la siguiente sentencia: "En mi familia ya no me
tildan de loco, me tildan de ingenioso, pero los ingeniosos tenemos algo de
locura porque nosotros podemos hacer lo imposible... posible" y, como ya sabemos, raro no es que al
principio haya sido así, extraño no es que a aquellos que quieran romper con la
cotidianidad y traspasar los límites paradigmáticos de la sociedad se les trate
de personas de poco juicio, disparatadas o imprudentes; menos que después de
ver resultados positivos o favorables ahí sí adulen. En realidad es admirable
su actitud o ¿aptitud?, más bien ambas, porque tal como dicen los eslóganes
publicitarios de los juguetes incita a ir más allá, a admirar "Más de lo que ven tus
ojos" comportándose este
hombre como los "Robots
en disfraz".
Para concluir, se nota la esperanza e ilusión en sus
palabras: "Yo le digo: mire, yo sé que mi Robot nos va a ayudar,
yo sé que... vamos a comprar una casa". Quién
sabe cuándo sea eso, cuánto se demore Don Luis en lograr su cometido, pero lo
que sí sé es que en realidad este es un trabajo inusual, infrecuente pero muy
original.