viernes, 20 de enero de 2012

Un trabajo inusual: ser un Transformer colombiano (Crónica)


Wow!! Para aquellos que somos apasionados por los vehículos y a quienes nos gustan las películas de efectos especiales, tecnológicos y de fantasía...  







El anterior video me motivó a dar a conocer una experiencia de vida interesante, luego de una propuesta hecha por mi profe Wilson Gómez para crear una crónica que llamara la atención en cuanto a algún empleo inusual;  pensaba y pesaba qué sería bueno tratar, algo poco común y que despertara mi interés, hasta que por fin, haciendo zaping, vi un canal informativo bogotano donde me tope con la historia que cuenta una original y difícil forma de conseguir unos pesos de más, sin duda despertó mi curiosidad.

Se trata de Luis René Cruz, un mesero colombiano de treinta y cinco años, quien reside en Bogotá y tiene una familia que lo motiva todos los días a realizar sus ideas en pro del bienestar de todos. Empieza el reportaje diciendo aquel hombre: "Nadie me podía entender, pasó mes y medio y mi esposa ya le empezó a ver forma al proyecto, yo lo llamaba Proyecto Transformers"... sí, en honor a la película dirigida por Michael Bay y producida por Steven Spielberg basada en una marca de juguetes de Hasbro y en un conjunto de series de animación japonesas del mismo nombre, film que estuvo nominado a tres premios Óscar: mejores efectos especiales, efectos de sonido y sonido; la cual fue estrenada en Estados Unidos el 4 de julio de 2007 y tuvo su continuidad con Transformers: la venganza de los caídos, película de 2009 y una tercera estrenada en 2011 con título Transformers: El lado oscuro de la luna, de los mismos creadores, trío de obras cinematográficas exitosamente recibidas a nivel mundial.

Don Luis continúo: "No, yo quería algo distinto, algo que.. que se quedara en la mente de la gente, que se quedara pensando -oiga qué cosa tan buena, y que le comente a los demás" y vaya que lo consiguió, a tal punto de recibir buenas críticas que, en parte, han sido la gratificación a tanto esfuerzo en el desempeño de tal actividad, porque digo ¡Hace falta tener un excelente físico para cargar todo ese equipo encima, con el fin de que su labor sea reconocida! Yo le llamo a eso tener pasión por lo propuesto, berraquera como decimos aquí en Santander, y este señor lo demuestra a tal punto que dice: "Soy mitad hombre, mitad robot", reiterando "Yo soy Fénix, porque el robot se llama Fénix"; definitivamente la entrega a su trabajo es innegable, además debe reconocerse que pararse en un semáforo a esperar que su remuneración sea proporcional a su ingenio significa tener una seguridad absoluta desde el punto de vista de saber que lo que él hace no lo hace cualquiera y que, como según se dice en la noticia, gana más que en su otro trabajo.

Definitivamente para mí es un hombre ingenioso, teniendo en cuenta la situación actual del país, donde las oportunidades son escasas. Creo que no soy la única que piensa así, dicho por sus propias palabras:  "De cien personas que me ven, noventa y nueve me aplauden, noventa y nueve felicitan, noventa y nueve dicen que por eso es que Colombia es un país que sale adelante" ... Claro porque a pesar de tanta corrupción, robos y fraudes bajo el control de unos cuantos que tienen el poder, le tocó así, ajustarse a la situación de subsistir y no de vivir disfrutando de un hermoso país y de las ventajas que le produciría su inteligencia si sus circunstancias fueran otras.

En fin, Don Luis habla con tanto amor de su labor, que logra que me interese por lo que hace, él continúa: "Mi Transformer básicamente está hecho de cartón, pero por dentro tiene que tener una estructura especial, tiene que ser reforzado, con material... materiales que sean ligeros, que no vayan a causarme daño, ¿cierto?, la pintura tiene que ser especial también", así, con orgullo, habla de su trabajo, de lo que se dedica para tratar de mejorar las cosas; pero eso sí, los materiales, la hechura de sus Autobots, el sonido, sus efectos ¡son realmente parecidos a los de la ficción! y es que eso tiene su ciencia, porque la característica principal de ésta línea es que las piezas del juguete pueden cambiar de posición al punto que pasa de ser vehículo, un  dispositivo o un animal a un robot y viceversa.  

Para adicionarle encanto al asunto dice el señor Transformer Fénix: "Mi auto no trabaja ni con corriente, menos con premium, ACPM ni gasolina; solamente con jugo de lulu, jugo de piña y jugo de mora hecho por mi esposa en la casa", un combustible económico que le da la energía suficiente para terminar su día de transformaciones y continuar su noche de atención al cliente como mesero; comentario que me lleva a cuestionarme ¿y si los automóviles en realidad funcionaran con jugo de fruta natural? jummmm desde luego ya no habrían árboles frutales o quedarían unos cuantos en reserva y me imagino el costo altísimo de sus frutos... en fin. 

Casi terminándose aquel reportaje dice la siguiente sentencia: "En mi familia ya no me tildan de loco, me tildan de ingenioso, pero los ingeniosos tenemos algo de locura porque nosotros podemos hacer lo imposible... posible" y, como ya sabemos, raro no es que al principio haya sido así, extraño no es que a aquellos que quieran romper con la cotidianidad y traspasar los límites paradigmáticos de la sociedad se les trate de personas de poco juicio, disparatadas o imprudentes; menos que después de ver resultados positivos o favorables ahí sí adulen. En realidad es admirable su actitud o ¿aptitud?, más bien ambas, porque tal como dicen los eslóganes publicitarios de los juguetes incita a ir más allá, a admirar "Más de lo que ven tus ojos" comportándose este hombre como los "Robots en disfraz".

Para concluir, se nota la esperanza e ilusión en sus palabras: "Yo le digo: mire, yo sé que mi Robot nos va a ayudar, yo sé que... vamos a comprar una casa". Quién sabe cuándo sea eso, cuánto se demore Don Luis en lograr su cometido, pero lo que sí sé es que en realidad este es un trabajo inusual, infrecuente pero muy original.  

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